decisión

En cualquier decisión, siempre hay un momento clave: cuando decides si vas con todo o no. Cuando eliges si te sientes favorito, o un simple aspirante. O dicho en anglosajón, o eres ‘leader’, o eres ‘challenger’.

Siempre he pensado que las personas se dividen por la forma en cómo afrontan sus decisiones. No por la decisión en sí, que puede ser acertada o equivocada, sino por el convencimiento con la que la llevan a cabo. Y es que, en una sociedad sensible al fracaso, decidir sin temor a las posibles consecuencias es el camino más rápido para el triunfo personal.

Porque, aunque todos sabemos que toda decisión (causa) comporta consecuencias (efecto), lo que marca verdaderamente la diferencia es cuando comprendes que si tú eliges las decisiones de tu vida, también serás el único responsable de los resultados que obtengas. Y sólo cuando te sientas responsable de lo que te sucede, podrás cambiarlo.

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