Lo he intentado. Os lo prometo…
He soñado muchas veces con que me tocaba la lotería. De hecho, he visto varios años los anuncios de Navidad de un calvo simpático repartiendo ilusión y dinero. He observado, con una pizca de envidia (de la sana), como personas anónimas salían en TV, papeleta en mano, celebrando su suerte. Hasta recuerdo haber comprado alguna vez un décimo pero, ni aún así. Parece que mi sueño sigue esquivándome. Ni está, ni se le espera.
Sí, lo sé, a simple vista puede parecer un estúpido ejemplo. Soñar con conseguir una cosa sin haberlo intentado, es cuanto menos difícil. Pero te invito a que sigas leyendo haciéndote una pregunta…
¿Cuántas papeletas has gastado TÚ en conseguir eso que deseas?
Cuántas veces le has exigido a la vida esa persona que tanto te gusta, ese proyecto nuevo, esa vida… esa nueva oportunidad. Como si fuese algo más que un derecho, como si fuese su responsabilidad. Ya debes saber de qué hablo…
Hablo de asumir tu responsabilidad. Hablo de dejar de mirar afuera y empezar a mirar lo que te late dentro. A hincar el diente a tus sueños, pero de verdad. Y, por una vez en tu vida, forzar a hacer que ocurran las cosas. Empujarlas a pasar. Pasar del por qué a mí al por qué a mi no.
A qué esperas. Que igual no te has dado cuenta, pero desde que naces, la vida se te va. Que igual no te has parado a pensar, pero ya estás en tiempo de descuento. Que el día menos pensado, alguien o algo nos dice que ya está. Que se acabó. Y aquí no hay partido de vuelta, ni prórrogas, ni tanda de penaltis.
Nadie va a venir a buscarte. Ni a ayudarte. Y menos a salvarte. Nadie vendrá a sacarte de ese letargo existencial al que llamas espera. ¿Esperar para qué? ¿Esperar hasta cuándo? ¿O hasta quién?. Ten presente que nadie está pendiente de quien no tiene nada que hacer ni mucho menos de quien no demuestra que quiere hacerlo.
Porque esperar es decirle a la vida que, en realidad, te van a sobrar días.
Así que deja de lado las excusas. Las excusas, son eso, excusas, para que los demás, hagan por ti, lo que TÚ tienes que hacer por TÍ. Las respuestas que buscas jamás estarán en lo que digas, sino en lo que hagas. ¡Así que ponte las pilas!.
Cree en ti. Porque la gente que cree es la que no se conforma. Porque es la gente que cambia lo que hay, por lo que puede llegar a haber. O quién es por quien puede llegar a ser. Porque la gente que cree es la gente que reconoce que el miedo es sólo aquello que surge cuando está a punto de hacer lo que tiene que hacer. Y cuando crees, estás creando ya tu futuro. Y es que, muchas veces, sólo estamos a una gota de que colme el vaso.
Huye del victimismo, de la queja y del que dirán. No hay mayor virus. Escucha si quieres, pero piensa que no es contigo, es con la vida que jamás tendrán.
Tampoco hace falta que saltes sin red. Que loco no es quien hace locuras, sino quien no responde ante ellas. No quieras emprender una empresa, sin antes aprender todo sobre lo que quieres conseguir. Es dar el pelotazo, sí, pero a fuerza de perseverancia.
Así que empieza por un pequeño paso. Uno detrás de otro. A veces, el paso más pequeño en la dirección correcta, termina siendo el paso más grande de tu vida. Créeme, no es cuestión de suerte, es cuestión de actitud … Puedes llegar a cualquier parte, siempre que andes lo suficiente.
Lo único que puede cambiar es lo que tu piensas y haces cada día. Tu eres el amo de tus sueños, tú decides qué quieres soñar .. Pero también eres el amo de tus alas. Y tú eliges hacia dónde quieres volar…
De cualquier manera, estate preparado para tropezar, que no caer. Porque los que tropiezan son los que están avanzando. O dicho de otro modo, la única forma de evitar un tropiezo es quedarse quieto. Tropezar, por lo tanto, es una buenísima señal. Señal de que las cosas se mueven. Señal que te diriges a algún sitio. Aunque sea en la dirección incorrecta. Lo que es malo en la vida no es tropezar, sino quedarse ahí, tirado en el suelo. No volverse a levantar.
Persevera. Que esto es una carrera de fondo. No esquives las piedras. No saltes los charcos. Ensuciate. Es mejor ir por la vida con moratones de valentía que con lágrimas de cobardía.
Porque vivir es eso. Decidir que la vas a buscar. A qué esperas.
Mientras tanto, yo seguiré soñando que me toca la lotería…

Life & emotional coach. Apasionado de la vida y de la evolución personal. Porque ser uno más es ser uno menos…
Creo que no…. que ya no espero… me ha costado… y no ha sido fácil, pero no.. ya no espero… a nada ni a nadie, siempre lo he sabido pero nunca lo había tenido tan claro. Me rodeo de gente positiva, sigo ayudando pero de forma selectiva, a quien me quiere en su vida, a quien debo ayudar para cerrar una etapa o abrir otra y poder avanzar… no a todos, no por nada, y es complejo gestionar esto, pero me doy cuenta de lo necesario que es para mi…