El viaje más fascinante

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Se acercan las vacaciones o estamos disfrutando de ellas.

Es la época en que solemos viajar. Viajar nos aporta experiencia y una forma excelente de abrirse al mundo, de conocer culturas. Hay tantas formas de viajar como personas. A algunos les gusta la ciudad, a otros la naturaleza. A unos visitar museos y catedrales, a otros los deportes de riesgo.

Puede que en un viaje busquemos relax y olvidarnos del estrés del día a día o, por el contrario, que lo que busquemos sea adrenalina.

Pero si lo pensamos bien, viajar es mucho más que una actividad placentera. En realidad, cuando viajamos, también estamos haciendo un viaje al interior de nosotros mismos y, además de disfrutar, estamos conociéndonos. No es solo hacer turismo, sino también salir de la zona de confort y crecer.

Las mejores vacaciones no están en los viajes largos, las playas de ensueño o en los destinos más caros. Son aquellas en las que disfrutamos de cada momento y en la que somos conscientes de nosotros y de lo que hay a nuestro alrededor. Porque la manera más barata de viajar es recordando.

Ese es el viaje más importante de tu vida. El viaje que supone conocerse a uno mismo.

Un viaje personal y personalizable donde tú eliges el camino y los límites. Donde no siempre es el soñado, pero que es el tuyo. Viajes en los que está permitido cambiar de camino las veces que haga falta, porque está vivo. Se irá dibujando a medida que lo vayas recorriendo. No importa la distancia, porque las distancias se miden en recuerdos.

Porque podrás perderte. Muchas veces. Pero no importa, porque no será una perdida, sino un descubrimiento. Descubrirás lugares que no querrías ver o incluso que no te hagan sentirte bien. Pero también podrás descubrir sitios que se volverán una parte de ti. Indispensables y únicos. Y es que viajar es la mejor manera de perderse y encontrarse al mismo tiempo.

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Lo importante, por tanto, es empezar. Da el primer paso. Desde donde quieras y a tu ritmo. No mires a los demás. Ellos no importan. En esto deberás pensar en ti y en cómo quieres hacerlo. 

Porque puedes elegir si quieres ir solo. O puedes ir en compañía y acompañado, que por mucho que parezca, no siempre es lo mismo. Y aunque el destino no es lo principal (siempre se llega a algún sitio, aunque quizá no sea el esperado), todo vale mientras sea tuyo.

Habrá parte del camino que lo recorrerás acompañado, pero habrá pasos, que deberás hacerlos a solas con tu corazón.

Camina siempre hacia delante. No importa si das vueltas, si vas en línea recta o si tomas o no atajos, siempre y cuando sea hacia delante. Atrás dejarás una ristra de recuerdos empapados de todas las experiencias que vivirás durante ese camino.

Deberás, por tanto, estar dispuesto a subir por terrenos escarpados o lanzarte por laderas sin ningún miedo. Podrás resbalar y caer, pero no le temas a las caídas. Sacúdete y levántate.

El viaje podrá estar lleno de bifurcaciones y ramales. Dudarás del camino correcto. Elijas el que elijas, no habrá ninguno incorrecto. Porque si eliges una dirección que no te convence o que no tiene salida, tan sólo tienes que dar la vuelta. Y aunque desandemos el camino, nunca será el mismo. Principalmente, porque tu forma de ver el camino habrá cambiado.

Nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. -Henry Miller-

Será el momento en que te deshagas de esa mochila que llevas sobre tus espaldas. Porque para poder seguir adelante, primero tienes que entender lo que dejas atrás. Agradécele el tiempo que te ha acompañado y libérate. Tus pasos se convertirán en zancadas dispuestas a emprender el vuelo.

Lo primordial es disfrutar ese camino. Por eso, siéntelo y disfrútalo. Desvíate, aunque sepas que no vas a ninguna parte. Párate, cuando estés cansado. Siéntate y mira lo que has recorrido, la belleza del lugar donde te encuentras.

Mira dentro de ti y saca tu propia brújula. Síguela. Porque cuando estamos viajando, nos damos cuenta que detrás de cada curva hay una respuesta a todas las preguntas, y que nada es tan importante como las revoluciones que suceden en nuestro interior. Y es que lo más hermoso de la travesía del desierto es que en cualquier parte se esconde un pozo (de sabiduría).

No viajas para descubrir, sino que cuando viajas te descubres a ti mismo. -Javier Iriondo-

Vivir es viajar en tiempo en vez de en tren. Porque como suele decirse,  las mejores cosas, no cuestan dinero.

Estos viajes verdaderamente terminan siendo interesantes aventuras… porque ¿qué viaje puede ser más fascinante que convertirnos en lo que podemos ser?

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