La palabra empatía fue tomada del griego a principios del s. XX por la psicología quien la dotó de un matiz de significación distinto. Empátheia que en principio significaba pasión y que tardíamente fue empleada por Galeno en el s. II d.C. con el valor de dolencia o enfermedad. El vocablo se deriva con sufijo de cualidad -eia del adjetivo emphatés que significa afectado y emocionado, que se apasiona internamente, expuesto a las pasiones, y también tardíamente enfermo.
La empatía la podemos entender como la capacidad de percibir, sintonizar, conectar y comprender los sentimientos y las emociones de los demás, y no hay que confundirlo con simpatía, que es la inclinación afectiva entre personas, generalmente espontánea y mutua.
«la empatía es objetiva, reflexiva y crítica mientras que la simpatía es subjetiva»
A simple vista puede parecer que son bastantes parecidas, pero si profundizamos en las características de ambas veremos notables diferencias:
Características de la empatía:
- Tiende a la conexión entre las personas
- Sintoniza con las emociones de los demás
- Se escucha activamente para comprender
- No busca la solución al problema o mejorar el estado de ánimo
- No juzga
Características de la simpatía:
- Lleva a la desconexión
- Se escucha para responder
- Se centra en el plano intelectual
- Busca la aprobación
- Supone una valoración del otro, es decir, tiende a dar consejos
Tal y como dice Nekane Gonzalez en su magnífico post empatía, el hilo invisible que une dos corazones : «Resulta sencillo confundir la empatía con la simpatía, sin embargo, el único aspecto que tienen en común ambos conceptos es la terminación ‘-patía’ (del latín: ‘sentimiento’). La empatía es la predisposición a comprender al otro, no se traduce en un intercambio de opiniones con la que estar de acuerdo o no con la otra persona. La comprensión no lleva implícito el beneplácito del que escucha… la simpatía, normalmente, sí. En otras palabras, la simpatía es una forma de conexión superficial y necesaria con personas con las que sueles compartir una misma opinión, cierto feeling o cercanía en valores. Sin embargo, existe una sutil diferencia en la empatía: uno puede comprender al otro sin estar necesariamente de acuerdo con él».
Vivimos en una sociedad totalmente simpática. La mayoría de nuestras conversaciones se basan en preguntas cerradas, ponemos el foco en el «yo» en lugar del «tu», tendemos a dar consejos o peor aún, utilizamos muletillas automáticas … ¿Quién no ha utilizado como respuesta? Pues a mí me pasó …, al menos tú …, ya verás como …, seguro que …, pues deberías …
La empatía no entiende de añadir frases hechas, sino de hacer que sobren las palabras.
Ponerse en la piel del otro no es simplemente oír lo que nos dice la otra persona, es escucharla con todo nuestro cuerpo. Cuando escuchamos realmente a la otra persona sobran las palabras, porque resuenan en nosotros. La empatía involucra nuestras propias emociones, y por eso entendemos de forma pura los sentimientos de los demás, porque los sentimos en nuestros corazones además de comprenderlos con nuestras mentes.
La empatía es algo así como nuestro timón social, nos permite navegar con acierto en el propio mar de nuestras relaciones. Si no le prestamos atención a nuestra brújula interior con seguridad equivocaremos el rumbo y difícilmente arribaremos a buen puerto.
A fin de cuentas, no hay que buscar ser simpáticos, sino que es suficiente a veces con comprender al otro. Por eso, no juzgues, no dés consejos si no los pide e intenta empatizar : verás qué diferencia.
Y tú, ¿qué prefieres ser … empático o simpático? … Bienvenido a Mpathia

Life & emotional coach. Apasionado de la vida y de la evolución personal. Porque ser uno más es ser uno menos…
Dejar un comentario