Malditos libros que te estrujan el corazón y te reabren las heridas. Benditos libros que te hacen desear lo que has perdido o lo que todavía no has podido encontrar.
Un libro tiene mucho de cada uno. A veces es una palabra a veces una simple frase. Esa que te arranca una sonrisa, te atiza el alma o consigue sacarte una lágrima. Porque no es lo que lees, es quien te trae a la cabeza. Que igual aún tenemos secuelas debajo de la piel y leer nos recuerda que nuestro pobre corazón sigue dejando trocitos por el camino de la vida y por eso, no encajamos del todo con nadie.
Por eso nos enganchamos a un libro, a una historia o una persona. Porque nos transporta a otro tiempo y quizás, a otro final soñado. Un final donde en lugar de comer perdices os coméis a besos. O donde el sapo, en lugar de convertirse en príncipe, se convierte simplemente en alguien que te besa al menos una vez al día, te abraza cada vez que quieres llorar o te hace olvidar tus miedos a base de sonrisas.
Y es que, a veces, te das cuenta de que un libro de doscientas nueve páginas te entiende más que algunas personas…
Dicen que un buen libro es como la vida misma; siempre tiene un montón de cosas que contarte y otras tantas que enseñarte. Un regalo que la vida pone al lado para que aprecies el momento. Tu momento. Quizás sea ese el truco. Entregarse como si nunca fuera a doler. A la vida, al amor, al sexo, a la poesía e incluso a uno mismo. Entregarse a todo como si nada estuviera prohibido.
Cervante decía «El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho«. Por todo eso, léelo, respiralo, saboréalo y disfrútalo. Como un buen café por la mañana o un abrazo que aprieta fuerte.
Arriésgate. Sin temer a un no. No te conformes con una media sonrisa o con un abrazo en el portal. Pasa la página sin dejar la esquina doblada, porque nunca las medias tintas escribieron una buena historia. Y ojalá, el final del libro sea el inicio de tu nueva vida.
Porque un libro es una vida. Y tu vida, puede ser un gran libro.

Life & emotional coach. Apasionado de la vida y de la evolución personal. Porque ser uno más es ser uno menos…
Benditos libros… y benditos escritores que los hacen posibles 😉
¡Saludos!
Gracias Patri. Y benditos aquellos que usan sus palabras para ayudar a los demás. ?
Un fuerte abrazo.