Nadie camina por la vida sin haber pisado en falso muchas veces, ni reconoce la oportunidad hasta que pasa por su lado y la deja ir…
Tampoco hay quien alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona su vida con una sola rectificación, ni logra altura con un solo vuelo…
No conozco a ninguna persona que recoja cosechas sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra…
Ni que mire a la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se meta en el barco sin temerle a la tempestad, ni llegue al puerto sin remar muchas veces…
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas…
Y muy pocos entienden el camino ajeno sin antes haber sentido la vida en ese mismo caminar, ni oyen a los que pasan sin abrir primero sus ventanas…
No hay nadie que haya encontrado el pozo del placer sin experimentar la sed del desierto, ni que haya subido una escalera sin haber transitado escalón por escalón…
Que cruce a la otra orilla sin haber ido construyendo puentes para pasar, ni que levante murallas sin haber empezado por un simple ladrillo…
De igual modo, no hay nadie que llegue a ser libre esperando que otro lo libere, ni conquistar la paz sin haber librado antes batalla con uno mismo…
Tampoco que perdone sin haber descubierto que no hay nada que perdonar, sino algo que comprender…
Nadie vive en plenitud sin cambiar, sin ver cosas nuevas, sin experimentar otras sensaciones, y sin tener la capacidad de corregir sus errores…
Ni consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible…
Nadie puede conocer al otro sin vencer el temor a mostrarse, ni cultivar corazones sin renunciar a sí mismo…
Ni salvarse del naufragio, sin haber tragado mucha agua. Tampoco quien saque a relucir un sueño sin haberle dado forma bajo sus alas…
Nadie puede besar en la mejilla cuando los labios ya se conocen sin flaquear, ni dar un apretón de manos con el puño cerrado…
Ni tampoco uno se vuelve corriente, sin haber sido agua muchas veces…
Nadie deja de fallar cuando tiene mucho que decidir, ni es una brújula tan segura que no se sienta en algún momento perdido…
Ni nadie deja de arder cuando tiene fuego dentro, ni deja de llegar cuando en verdad se lo propone…
Estés donde estés, quizás no te sientas mucho…, pero que nadie te diga que no puedes ser alguien.

Life & emotional coach. Apasionado de la vida y de la evolución personal. Porque ser uno más es ser uno menos…
Qué bonito!…. me encanta… a veces puedes sentir las palabras… y estas tus palabras se sienten…
Gracias Susana!!!
A veces lo importante no es lo que se dice, sino lo que hace sentir 😉