Decía Rabindranath Tagore que “las palabras van al corazón, cuando han salido del corazón«.
Y es que en realidad existe un problema de comunicación. Nos hemos acostumbrado a hablar entre nosotros utilizando la boca, pero hemos dejado de lado el corazón.
Recuerdo que cuando éramos niños, nos enseñaron que había un emisor, un receptor y entre medias un mensaje. Que era un asunto lineal, como cuando arrancas una máquina y esperas, sin darle importancia, a que la lucecita esté en verde. Hoy, el problema, no es que no intercambiemos información, es que poca llega a conmovemos. No por dificultad, sino por falta de amor.
Comunicar no implica únicamente transmitir un mensaje -eso sería hablar-, sino adentrarse en el mundo de las emociones. Entender que una simple palabra puede transformarse en poesía, devenir en abrazo, o incluso convertirse en eternidad. De la misma manera, puede herir corazones, provocar un conflicto, o incluso separar territorios.

Life & emotional coach. Apasionado de la vida y de la evolución personal. Porque ser uno más es ser uno menos…